COMENTARIOS BIBLICOS

El Diccionario General de la lengua Española define la palabra comentario de la siguiente manera: 

1. Juicio, opinión u observación personal que se hace o se expresa acerca de algo o alguien

2. Explicación o interpretación del contenido de una obra, un discurso, etc., para ilustrarlo, criticarlo o facilitar su comprensión.

En el libro de Hechos capitulo 8, versículos 26 al 39 encontramos la historia de Felipe y el eunuco etíope, el la cual Felipe facilita el entendimiento de lo que el eunuco estaba leyendo. Esta historia, al igual que otros tantos libros de la biblia, es muestras de comentarios sobre las enseñanzas que Dios ha dejado a la humanidad atreves de los tiempos.

En Mateo 13:18-23 (Marcos 4:13–20 y Lucas 8:11–15) Jesús mismo hace a sus apóstoles un comentario sobre la parábola del sembrados que anteriormente había planteado ante una multitud.

Nos proponemos presentarles comentarios no-conflictivos sobre temas que edifiquen sobre la fe y las enseñanzas de la biblia.


De la preocupación a la ansiedad

Por Andrés Matos

 

 Durante los últimos dos meses del año las temperaturas comienzan a descender en el sur de la florida con brisas frescas procedente del norte. Los días son cortos y las moches largas por los cambios de hora, y comienzan los preparativos para las tradicionales celebraciones del Día de Acción de Gracias y las navidades. Eventos en los cuales esperamos reunirnos con familiares y amigos que nos visitan, o que visitamos.

 

Un Viernes después de salir del trabajo, esperando el cambio de luz en un semáforo para entrar a un centro comercial donde iba a hacer compras de ultimo momento, sentí que mi auto fue impactado por la parte de atrás. Procedí a entrar al área de parqueo del centro comercial y me detuve para conversar con el conductor del auto por el cual fui impactado, y para ver si estaba bien o si tenia algún daño; también para ver la magnitud de los daños en los autos. Gracias a Dios ninguno de los dos sufrimos lesión alguna, pero nuestros autos si sostuvieron daño que requerían reparaciones.

 

Llamamos a la policía para los reportes de rigor, esperamos un buen rato pero no llegaba, y cada vez la espera se hacia más larga. Decidimos llamar nuevamente, pero no llegaba la policía.

 

Llego de una larga espera la preocupación y la frustración comenzaron a tomar control de la situación, pues yo quería terminar con esto para seguir haciendo las cosas que me quedaban pendiente, y luego regresar a casa para ver a mi familia que no la veía desde muy temprano en la mañana. Pero no podía hacer nada que no fuera esperar en calma. Mi calma no estaba funcionando, al contrario, frustrado por no ver la policía llegar; la preocupación y la ansiedad seguían en aumento con cada minuto de espera.

 

Buscando disminuir la presión, la tensión y el cansancio de la espera, levanté la mirada hacia el cielo y vi cientos de aves volando de un lado a otro por encima del tendido eléctrico. Revoloteando y trinando alegres como si estuvieran en una especie de celebración.

 

En ese momento llegó a mi memoria la enseñanza de Jesús sobre el afán y la ansiedad (Mateo 6:25-26) “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

“Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”

 

En diversas ocasiones del diario vivir decimos que no estamos afanados, pero si revisamos con cuidado nuestra acciones y las emociones que manifestamos en ciertos eventos o situaciones, nos daremos cuenta que sí estamos afanados. Porque el afán se alimenta de las preocupaciones por cosas que causan ansiedad, tensión y presión.

 

Al recordar esta enseñanza de Jesús vino la paz y dominio propio a mi corazón, y no seguí dejando que las circunstancia y lo ocurrido siguieran controlando mis emociones. Por momentos parece que olvidamos que nuestro Padre Celestial, el Dios todopoderoso, tiene cuidado de nosotros, y que ese cuidado es ilimitado si buscamos primeramente Su reino y su justicia como Él ordena en Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”

 

Jesús nos dice que todas estas cosas por las que nos afanamos al punto de perder el dominio propio dando lugar a la duda que, es contrario a la fe, serán añadidas; que no tendremos que preocuparnos y afanarnos porque no las vemos, estarán ahí porque serán añadidas.

 

Solamente buscando primeramente el reino de Dios y su Justicia y manifestando Fe en nuestras acciones, nos vamos a librar del afán y la ansiedad, y vamos a tener paz interior en este caótico mundo en que vivimos.


Dios les Bendiga siempre…

Mi Congregación

-Una Columna Fuerte-

Por Angel Guzman

 

Primera carta del Aposto Pablo a Timoteo.  Capítulo 3 versículos 14-15 Esto te escribo, con la esperanza que vendré pronto a ti, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y apoyo de la verdad.

 

¿Qué tipo de columna es la congregación donde me reúno con mis hermanos en Cristo a alimentarme y edificarme con la palabra de Dios? Me hago esta pregunta porque el sentido común me dice que no todas las columnas son iguales. La historia arqueológica nos enseña que las columnas fuertes perduran y sostienen firmemente lo que reposa sobre ellas. Mientras que las columnas débiles resisten poco peso y son susceptibles a romperse fácilmente.

 

Los ingenieros y arquitectos diseñan y construyen columnas de acuerdo a su necesidad y en la medida que dicta la estructura, para asegurarse que esta columna no se rompa bajo el peso que debe sostener.

 

¿Sabía usted que muchas columnas son pura decoración? más de esto en lo adelante.

 

El apóstol Pablo en su primera carta a Timoteo le estimula a que su congregación sea una columna fuerte; un sostenimiento sólido para la verdad de Dios.

 

Esta observación de Pablo le vemos primero en las palabras de Jesús a sus discípulos cuando les habla de la importancia de tener su fe sobre un fundamento sólido y fuerte en la parábola de los hombres que construyeron casas: uno sobre la arena y el otro sobre la roca (Mateo 7:24-25)

 

 

Es bueno observar que una columna no se hace de cualquier cosa.  Por ejemplo, una columna de barro solamente se quebraría tan pronto como se evapore el agua usada en su construcción. Si se combinan el barro con piedras tendremos una columna mucho más fuerte. Miremos ahora el ejemplo de una columna de arena. Este material por sí solo no cuenta con ninguna fortaleza. Pero cuando se mezcla con los ingredientes correctos adquirimos una columna sólida y fuerte, una columna capaz de sostener el peso para la que fue diseñada.

 

Anteriormente mencioné que los arquitectos e ingenieros diseñan las columnas de acuerdo a la necesidad de cada estructura. Permítame por un momento enumerar algunos tipos de columnas y sus características principales:

 

Columnas de madera: fáciles de ensamblar, económicas, pero poco duraderas; el peso que sostienen es sumamente limitado

 

Columnas de piedras: requieren cuidado en su ensamblaje una piedra, colocada podría traducirse en desastre son costosa sostienen bastante peso, pero más limitada por su construcción.

 

Columnas de una sola piedra: difíciles de realizar por lo difícil de conseguir una sola piedra de la dimensión deseada. Son costosas resistentes y perdurables.

 

Columnas de concreto armado: estas son una maravilla moderna, su construcción requiere una fórmula precisa y vasto conocimiento de los materiales a usarse. Pueden ser costosas, pero son resistentes y duraderas.

 

Hablemos ahora sobre las columnas decorativas mencionadas anteriormente. Arquitectos y diseñadores emplean estas columnas falsas con el simple objetivo de decorar el espacio, dándole la apariencia de ser una estructura fuertemente sostenida. Alguna de estas columnas son simples relieves sobre una pared. Otras, las más engañosas, son tubos huecos cubiertos de algún material que le dan la apariencia de ser sólidamente reales. Por sus características, estas columnas decorativas y falsas no sostienen ningún peso.

 

Debo destacar que, en el contexto de los versículos en cuestión, el tamaño de la columna es irrelevante a su función, pues lo que Dios busca es su fortaleza. De poco sirve una gran columna hueca, y gran riesgo corre una gran columna débil.

 

 

EL PESO DE LA VERDAD DE DIOS

 

¿Cuánto pesa la verdad de Dios? A través de toda la historia de la humanidad a la luz de las Santas Escrituras podemos ver una tras otra el cumplimiento de las promesas de Dios en nosotros. Y somos nosotros los seres humanos somos la única escala capaz de medir el peso de la verdad de Dios. Como cualquier otra escala, debemos ser justos ante Él. *

 

Desde las primeras instrucciones dadas a Adam en el huerto del Edén, hasta las promesas reveladas a Juan en la isla de Patmos, encontramos sus bendiciones cuando le somos fiel, y las consecuencias cuando no lo somos.

 

He aquí solo dos ejemplos en los que debemos ser justos como balanza de la verdad de Dios:

1-     Cuando por su amor y misericordia vemos muestras peticiones realizadas por medio de sus bendiciones, pues él ha prometido ser nuestro proveedor y el cumple sus promesas.

2-     Cuando nos quebranta y nos pone frente a frente a nuestras iniquidades para qué enderecemos nuestros pasos en pos de Él, porque Él quiere que le seamos fiel.

 

Es sumamente importante enfatizar que somos nosotros los miembros del cuerpo de Cristo los que conformamos las congregaciones locales, y por ende, los que componemos la estructura de esa columna sobre la que se apoya la verdad de Dios. Nosotros determinamos la fortaleza de esa columna. Además, somos nosotros los que en su momento daremos cuenta como mayordomos de su creación.

 

Reflexionemos sobre nuestra participación como miembros de la congregación en la que nos alimentamos espiritualmente, y hagamos conciencia de nuestra contribución en la solidez y fortaleza de esa columna.

 

 

 

En el amor de Cristo; Bendiciones.

 

*Este concepto de ser “justos ante Él” no debe ser confundido con ser “justificados por Él”


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